miércoles, 29 de enero de 2014

...a todo esto no existen las almas gemelas.


Corrían las 3 de la mañana. Gustav rompía el hielo sobre el suelo como un desenfrenado amante besando un cuello que no tenía fin.

Se reía solo, como si en su mente hubiera recordado una gran humorada. Mia, no lo miraba, estaba en su propia escena viendo los vasos congelados. Por entre su pelo se reflejaban luces de colores.

Para hacer el brindis. Gustav le dijo a Mia que ¨eso de las almas gemelas no existía¨, que era un invento cliché de fines de siglo, que era una imagen conformista del amor, o de las conexiones generales entre seres humanos…

Gustav se extendió porque sentía que era algo que hace mucho tiempo quería decirle. Mia lo miró mientras su vaso iba compartiendo el calor de su mano y sin decir palabra, alzaron los vasos  y Mia sintió ese fuerte sorbo por entre su lengua y su garganta.