jueves, 27 de diciembre de 2012

Jueves 21 de abril de 1991.



Abrí el cofre. Tuve que romperlo. Le dí tres martillazos y el oxidado candado cayó al suelo. Mi padre con su sordera no se percató. Saqué lo que pude y lo guardé. La mayoría eran cuadernos infernales, cartas envenadas... de adolescencia gruesa, soledad y exageraciones. Pero no estoy segura de haber encontrado lo que te prometí. Miré por última vez mi cuarto, un hielo recorrió mi espalda, sabía que no volvería más. Tomé un par más de libros y quité unas ropas de la maleta, salí por la ventana, evitando hacer ruido y ver denuevo a mi padre y escuchar una vez más su sermón. 

Me vine con el bolso lleno y la maleta en la mano. Caminé rio abajo unas 2 horas y me topé con el viejo Albert. No fue un gusto, tenía la cara amarga. Caminaba al rededor de la fogata y sus lentes estaban llenos de barro. Sus manos estaban escondidas en los bolsillos, su paso era lento y al verme soltó una mirada al vacío y esbozó unas palabras inentendibles. Yo acomodé el bolso y emprendí camino en la penumbra.
Casi al llegar sentí más profundo el ruido del bosque y las historias que alguna vez nos contamos entre refugios inventados y árboles caídos. Sabía que dejaba atrás muchas cosas y la noche y las sombras se imponían como sermones de mi padre.

Llegué a eso de las 2 de la mañana, hacía un poco de frío. Miré hacia adentro por las ventanas embarradas. Solté el vidrio de la ventana circular como me indicaste y metí la mano. Encontré el manojo de llaves enterrado en la maceta. La llave enterrada estaba oxidada, no pude evitar mirarla por un momento y darme cuenta de que ya te habías marchado hace un año.

Dejé mi bolso encima del sillón que tenía una fabulosa manta de lana. El suelo estaba un tanto aspero y todo estaba lleno de polvo. No tardé en volver a salir para traer un poco de leña y me encontré con un montón ya cortada en la casita de atrás.

Parecía bastante enérgica para ser las 3 de la mañana... me di unas vueltas sacudiendo la cama y me recosté a contemplar las innumerables botellas que se veían casi intactas a pesar del el año transcurrido. Pensé en cuántas bebiste solo, cuántas bebiste conmigo, cuántas bebiste con ella y cuántas te bebieron a ti mismo.

No podía dormir, tu ausencia merodeaba cada rincón.

Me levanté y abrí un par de muebles, recojí las cartas de la entrada y las puse sobre el borde de la chimenea, no quise hojearlas aún... eso ya era parte de mañana. Me quedé fija en el fuego y me pregunté si te acordabas de las tertulias del 83, cuando a tu casa llegaban un montón de vagos filósofos y yo les preparaba vino con frutas y canela. Bebíamos y sacábamos incontrolables conclusiones, citando a los grandes, a los vagabundos y a los ebrios escritores del bar de San Miguel... a veces, escribía en secreto mis propias conclusiones. Nunca hablé mucho en esas juntas, prefería las juntas en la tarde, cuando recolectábamos semillas para las artesanías de tu mamá o cuando íbamos a molestar al viejo Albert, prefería hablar contigo y luego quedarme dormida en la casita de atrás escuchando hasta tarde los sonidos del río, y los pájaros y el viento.

Apoyé la pierna sobre el velador y se abrió para maravillarme con medio Campari bien sellado. 1988... Bebí un sorbo y me senté para terminar de escribirte. Mañana sería un gran día. Comenzaré por recorrer el pueblo. Al final han pasado 5 años ya.

Sé que en 1 semana o más tendré que ver a Lía... y entregarle la caja que estaba debajo de la cama, como me pediste. No quería verla, no puedo negarlo... la ultima vez que nos vimos fue en el incendio del bar en San Miguel. Esa noche quedó de manifiesto su inmenso odio hacia mí... aunque es tu hermana, a veces creo que está enamorada de ti, ya lo sabes, te lo he dicho mil veces... pero en fin.

El trago recorrió mis piernas, mareó mi vista un poco y el último nudo de mi trenza se deshizo.

Espero pronto tener noticias tuyas... y también espero que recibas esta carta... ya que siempre existe el temor de que en tu próximo viaje, queden olvidadas mis palabras en un buzón.

Un beso.

tu querida Off.

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