para dejarse envolver
dejó sus miedos
y fluyó así, sin más
nada le importó
y volvió a recordarse que todo es parte de una historia
y su lápiz avanzó...
en espera de nada
y rubor en sus mejillas
el tibio impulso
reflejado en el paso de sus pies
en el tiempo o en la ventana...
como hace años
dejó de creer en convencionalismos
dejó de condenarse
y salió corriendo...
toda lógica fue antigua
como cadena de cárcel obsoleta...
hizo que la tinta la inundara
que el viento la invadiera
que el aroma la adivinara
y el ruido le huyera
no le importó nada
excepto que todo le importó
y la hoja se acabó.